Mirando hacia adentro
Octubre de 2001
No sé cómo empezar este poema
para que no sean sólo sueños que se van,
sino que tengan contenido y aprovechen
a todo aquél que tenga hambre y quiera paz.
Yo no sé cómo sacar de la gruta de mi alma,
los saberes que he aprendido en mi andadura,
transformando en poesía y elocuencia
lo que a veces entendí con amargura.
Tampoco sé coger palabras al azar
ni tejer un ramillete de rima y verso,
porque lo que quiero es poder comunicar
que hay vida que libera hasta los presos.
Es difícil transmitir en un instante
está carga de emociones sin nombrar,
que sólo en Él hay salvación
en un mundo que se pierde, que se va.
Nos hemos hecho tan expertos en las subidas,
en reciclar a nuestro gusto cosas vanas,
que ni aún devorando adormideras
conseguimos encontrarle paz al alma.
¡Ay el alma! la conciencia, el sentimiento,
esta cosa que se siente y no se vé,
este ahora que nos llena o nos consume
de amargura, de tristeza o de placer.
Este sentir que nos hace diferentes
que nos llena de alegría o compasión
y nos hace mirar hacia lo alto
por un deseo incontenible en lo interior.
Dios mío dónde estoy, a dónde voy,
solo oigo hablar de guerras,
de niños que tienen hambre,
de abandono, gente enferma,
de ladrón de guante blanco
que de mil distintas formas
te sustrae la cartera.
Y yo inmersa en estos tiempos,
comprometida en mi era,
me piden que escriba versos,
que alegre mi alma parezca,
aún cuando el poeta herido
esté llorando de pena.
Tengo mucho que contaros,
o tal vez solo abrazar y deciros
que os quiero, que os quiero de verdad,
y pienso que no hay otro medio
de encontrarse y contactar
porque el amor es el idioma
que entiende la humanidad.
Esta poeta intimista
no tiene otra cosa que dar
pues solo cuando miro adentro
encuentro mi manantial,
y si rima y tiene verso
es pura casualidad.
No obstante antes de irme,
de que me veáis marchar,
quiero contaros mis sueños
con aires de libertad.
Porque ha visto amaneceres
de paz, de felicidad,
donde los niños y ancianos
cantarán y bailarán,
y estaremos preparados,
¡si! todos juntos para danzar y cantar.
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