Almuñécar, tierra mía
Fecha desconocida
Almuñécar, tierra mía,
quién te hizo tan reguapa
que en el mar y en tus mujeres
pusieron la sal de España.
Qué garra más grande tienes
que cuando marcho yo siento
que el corazón se me queda
sin alegría y sin aliento.
Quince años llevo ya
fuera de ti hermosa mía,
podía haberme acostumbrado,
más cuando se es de Almuñécar,
amigo la cosa cambia,
que todo lugar por muy bello,
se queda soso y sin gracia.
Es algo tan especial
lo que de ti se desprende,
el que nace como yo
en tierras almuñequeras,
por muy lejos que se vaya
dentro de sí a ti te lleva,
y es que haber nacido aquí
es una cosa muy seria
que no puede destruir
ni siquiera la malaria,
porque ese profundo amor
y esa pasión que entrañas,
aún después de muerta,
vive para gloria del que te ama.
Yo así lo he sentido
y así lo quiero sentir,
Almuñécar tierra mía,
no puedo vivir sin ti.
Cuando se acerca la hora
de venir a mí Almuñécar,
ya noto un desasosiego,
una hormiguilla y una cosa
que de dos meses atrás,
yo ya no doy pie con bola.
Pienso que podía conocer
otras tierras y otros lugares
tan bellos de nuestra España,
pero ¡nada que no hay forma!,
el coche para acá se viene
y el corazón que lo guía
se desenfrena y no entiende,
y se enfada y se pelean,
y se muerde las entrañas,
dice Almuñécar solo hay una
que ha nacido al sur de España,
y yo me voy de cabeza,
te vayas tú o no te vayas,
y señores la cosa está clara,
aquí me verán ustedes,
año tras año en mi tierra,
qué es mi casa.
Una casa tan bonita,
tan dulce y acogedora,
con tanta luz y belleza,
tan coqueta y tan hermosa,
que si no vengo me muero
y yo morirme no quiero,
porque tengo que dejar
de contemplar tu hermosura,
y es algo que duele tanto,
que te apena y desgarra,
que mientras no se inventa
el morirse sin dejar jamás
de contemplarte mil años,
quiero vivir un sinfín de eternidades
que para eso nací aquí,
y aquí me parió mi madre,
y de aquí no me voy yo,
aunque pase lo que pase.
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