Cantando encontré la calma

Octubre de 1972

No sé qué es lo que me empuja
sin tregua a escribir llorando,
cuando por fuera aparezco
contenta y siempre cantando.

Qué misterio es este mío
que si canto yo no miento,
y cuando escribo enseguida
aparece mi tormento.

En cuál de las dos facetas
podría yo adivinar
de las dos la verdadera,
y si unidas siempre van.

Es un desconcierto a veces
lo que tengo en mis sentidos,
que a comprenderme no llego
con claridad y con motivos.

De una cosa estoy muy cierta
y a Dios pongo por testigo,
y es que si canto yo no miento
ni cuando llorando escribo.

No puedo escribir alegre
porque es mi alma la que llora
que nada tiene que ver
con mi garganta y mi boca.

Y cuando canto me olvidó
que mi alma está llorando,
y la alegría me invade,
me parece estar soñando
con un mundo de cantares.

Pero cuando llegó aquí,
oigo una voz allá dentro
que me grita desgarrada,
lo siento mi alma lo siento,
estoy tan maltrecha y dolida
que a cansarme ya no llego.

Y yo le digo, calla no hables,
deje que te dé de mi aliento
para juntas recorrer
las dos el mismo sendero,
que con la ayuda de Dios
cantando siempre andaremos.

Categories: Poesías

0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *